martes, 7 de febrero de 2012

Crimen Sollicitationis





 

 

 






 A mí hay cosas que me dan poca risa, y de las que menos risa me dan es la HIPOCRESÍA, iré al grano porque este blog es de mirar más que de leer, y me conozco.
Leo unas declaraciones del cardenal William Levada, prefecto de la Congregación Para La Doctrina De La Fe (antes Santo Oficio y, originalmente, Santa Inquisición) que como todo lo que viene de ahí, me ponen los pelos de punta, refiriendose a los 4000 (cuatromil) casos de abusos sexuales y pederastia a manos, por nombrar algún miembro, de la curia. Elogia el cardenal a Su Santidad Benedicto XVI ( en lo sucesivo SuSan) por el esfuerzo en su lucha contra esa lacra en el seno de la Iglesia y se lamenta de que las críticas se ceben en él, en SuSan, cuando lo que deberíamos hacer es agradecerle su labor. La sangre me hierve mientras leo la nota.
La importante labor de SuSan a este respecto comienza antes de ser elegido Papa, cuando ocupaba el puesto del que ahora le dora la píldora con tal desverguenza, o sea, siendo prefecto de la Congregación Para La Doctrina De La Fe, que avanzada la historia y no siendo posible hoy churruscar herejes, ejerce como una suerte de Asuntos Internos dentro de las autoridades eclesiásticas, o en otras palabras, es la encargada de investigar estos casos, entre otros, y condenarlos si procede. Ocupando, como digo, Ratzinger, ese cargo tócale revisar una instrucción dictada por Juan XXIII, de nombre CRIMEN SOLLICITACIONIS, donde se dictan las normas a seguir en casos de Abusos sexuales por parte de clérigos (pecado de solicitación) y en la que se prohibe expresamente a cualquier miembro de la iglesia que tenga conocimiento de tal pecado/delito su denuncia a cualquier institución laica bajo pena de excomunión garantizando que el asunto no traspase los muros del Vaticano. SuSan, Cardenal Ratzinger de aquella, ratificó esa instrución en el año 2001 y explicitamente ese punto mediante circular a TODOS LOS OBISPOS obligándoles, bajo pena de excomunión, a tratar las denuncias EXCLUSIVAMENTE con el Vaticano. Ya sabemos todos lo que hizo Juan PabloII con ellas, nada, y lo mismo su sucesor, el cardenal Joseph Ratzinger, ahora Papa. Con todo, cuando el grueso de este escándalo estalló allá en Irlanda, SuSan declaró desconocer aquellos "Pecados Horribles."

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