El ministerio del interior pretende prohibir la captación y difusión de imágenes de policías en el desarrollo de su labor, lo que es entendible en operaciones secretas.
Aplicar eso a la intervención de los antidisturbios en una protesta popular es tanto como darles carta blanca para cometer cualquier tipo de acto sea lícito o no. Si sus actos fueran siempre lícitos no habría necesidad de castrar el derecho a la información, es más, sería del todo deseable que una actuación ejemplar de los agentes diera la vuelta al mundo. No está siendo así y mientras nuestro triste presidente denuncia la mala imagen que España está dando en todo el planeta, cosa con la que estoy totalmente de acuerdo, el mundo entero está viendo que aquí, en España, ésta todavía joven democracia está retrocediendo y tomando aspectos muy similares a los de la última dictadura europea, la de Franco. Sí, estamos dando una imagen lamentable ante las demás democracias y la solución que se les ocurre para mejorar nuestra imagen es la vieja solución fascista. QUE NO SE VEA.
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